ANÁLISIS | Deck of Ashes toma notas de otro juego

Es difícil entrar a Deck of Ashes sin tener un par de prejuicios en su contra: tiene toda la pinta de un clon de Slay the Spire y hay algo en ese apartado gráfico que no termina de encajar; pero hay que superar esa primera opinión sin fundamentos para descubrir que hay segundas y terceras opiniones adicionales, algunas más positivas, otras más negativas, pero todas sumando a un producto que todavía puede esconder un par de sorpresas bajo la manga. Es que en muchos sentidos son los prejuicios los que dieron a nuestros personajes el puntapié inicial a una espiral descendente, y hasta ellos buscan su propia ruta a la redención. Al menos, la mayoría de ellos. ¿Por qué no lo iba a hacer el juego que protagonizan?

Deck Of Ashes — Launch Trailer

Los Marginados (the Outcasts) son un temido grupo de bandidos; una colección de personas que sólo querían una vida normal y decente, pero que la oscuridad que rige este mundo medieval oscuro le hizo pasar un muy mal día a cada una de ellas; uno de esos días malos que despierta algo oscuro en sus propias almas, llevándolos a cometer actos atroces que los han marcado como parias desde entonces. Como grupo, sin embargo, sus habilidades individuales han dado frutos, y ahora el equipo va a por el premio gordo: la mística Caja de Ceniza, propiedad de la mismísima Lady Death, quien no ofrece la menor resistencia cuando los Marginados llegan a su puerta para obtener el botín. Uno de ellos, sin embargo, toma acción premeditada y destruye el objeto infame, liberando la temible Maldición de Ceniza que afecta a todo el mundo… y especialmente a nuestros protagonistas, cuyas vidas decididamente han cambiado para peor.

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Cada personaje tiene una historia oscura

Cada personaje tiene una historia oscura

Tal es la situación cuando el misterioso Maestro de la Ceniza acude a nuestros anti-héroes, que ahora se han ido cada cual por su propio camino. El mundo es hoy más oscuro de lo que ya era y cada miembro del viejo equipo carga con penas que los atormentan a cada paso. Hay una solución: el Maestro de la Ceniza asegura que es posible levantar la maldición si Lady Death cae derrotada, por lo que cada Marginado le pondrá empeño a la empresa, uniéndose a la caravana del Maestro de la Ceniza en camino a la redención. Pero, ¿se puede confiar en el Maestro de la Ceniza, o él también oculta secretos? Un problema a la vez: la maldición de la Ceniza tiene prioridad, y lo que sea que el Maestro oculte… bien puede esperar hasta quitarnos nuestros problemas de encima. Si es que lo logramos, claro está.

Hasta aquí la historia al momento de iniciar la partida, y quiero destacarla por lo agradable que resulta tener protagonistas con motivos valederos para encarar el periplo que tienen por delante. Cada personaje goza de actores de voz que, en su mayoría, consiguen impregnar a sus alter-egos con una personalidad difícil de construir sólo con textos; aunque es cierto que no todas las voces alcanzan ese nivel de calidad, aunque sí lo hace la gran mayoría. A la ambientación también acude un apartado gráfico decididamente oscuro en su temática. Hay algo que no termina de encajar en este estilo; ya sea el diseño de algunos personajes humanos o las animaciones durante los combates, que se sienten más “duras” de lo necesario y lamentablemente le hacen perder un nivel de espectacularidad que podría haberle sumado un punto al producto. Por fortuna el juego lo compensa con una jugabilidad mucho más compleja de lo que parece en un principio.

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Las cartas sobre la mesa

Las cartas sobre la mesa

Deck of Ashes es un juego de cartas coleccionables Roguelike y, como tal, se atañe a ciertas reglas del género: principalmente la generación procedural de mapas y el elemento de muerte permanente. Hay dos modos de juego principales: Campaña (con un Epílogo a modo de modo adicional) y Badlands. El primero nos permite elegir a cuál de los cuatro protagonistas principales seguiremos en su propia historia, cada uno con estilos de juego notablemente diferentes. El juego ya nos ofrece una colección de naipes base para encarar la aventura, pero también podemos optar por diseñar nuestro mazo inicial y mandarnos con lo que salga.

El loop de juego consiste en explorar un mapa formado por nodos, cofres, eventos y casillas de combate; estas últimas nos lanzan de cabeza a una batalla con las criaturas que pululan por la zona. Cada mapa cuenta con la presencia de un jefe principal que está constantemente en nuestra búsqueda, acercándose más y más a medida que exploramos el lugar. Debemos ganar suficiente fuerza mediante victorias y una dosis de buena suerte antes de que nos encuentre, para así hacer frente al peligro principal, vencer y pasar a la siguiente área de acción, descubriendo de paso el próximo capítulo de la historia del protagonista elegido.

Desde luego que el principal foco de la jugabilidad está en el sistema de combate. Aquí es donde Deck of Ashes se acerca peligrosamente al esquema de Slay the Spire, y es que se trata básicamente de la misma jugabilidad… pero con algunas diferencias sutiles. Nuestro protagonista se enfrentará a uno o más enemigos, debiendo jugar cartas de su mazo de acciones siempre que tengamos suficientes puntos disponibles. Asimismo, podremos ver la acción que cada enemigo realizará en el próximo turno, dándonos la oportunidad de planificar nuestra estrategia en relación a esa información. La diferencia principal está en la forma en la que el juego utiliza nuestro mazo y las cartas que vamos accionando.

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Podemos recuperar cartas... por un precio

Podemos recuperar cartas… por un precio

Contamos con dos mazos: el mazo de cartas principal y el denominado “mazo de ceniza”. Cada vez que usamos una carta o la descartamos, esa carta pasa al mazo de ceniza y ya no se puede utilizar. Cuando nos quedamos sin cartas en el mazo principal podremos restaurar un puñado del mazo de cenizas a cambio de perder un poco de salud. En un principio se siente como una inconveniencia innecesaria, pero cuanto más avanzamos la aventura y más cartas obtenemos, menos cantidad de ellas en proporción recuperaremos por turno, haciendo que nuestra colección deba depurarse para adaptarse a esa eventualidad.

El Maestro de la Ceniza, que espera en el campamento junto a otros tenderos y comerciantes, puede recuperar todas nuestras cartas sin cobrarnos ni una moneda. Interesantemente, muchas veces vamos a querer mantener cartas en el mazo de cenizas: hay algunos poderes pasivos que se activan cuando la carta específica es enviada a ese mazo, pero para ello solemos necesitar la habilidad de descarte de otra carta, o bien acudir nuevamente a los servicios del Maestro de la Ceniza para quemar la carta deseada, rogando que no la recuperemos la próxima vez que nos quedemos sin naipes. Ahí es donde el juego suma ese poquito extra de estrategia que puede hacer que nuestro personaje se vuelva una topadora imparable a base de poderes pasivos.

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No hay jefe que se resista a un montón de Poderes Pasivos

No hay jefe que se resista a un montón de Poderes Pasivos

En el campamento también hallaremos una Herborista que puede curar nuestras heridas y librarnos de algunas cartas maliciosas; un Mercader dispuesto a comerciar; y un Herrero listo para ayudarnos a forjar nuestro camino al éxito. Nuestros personajes no obtienen nuevas cartas de forma directa; primero hay que obtener la Receta (ya sea del Mercader o de cofres y eventos en el juego) y luego podremos ir con el Herrero y transformar dicha receta en la carta que se añadirá a nuestro mazo. Es, quizá, un sistema un poco rebuscado, en especial porque nos obliga a tener presentes dos tipos de moneda: oro para comprar recetas y ceniza para fabricar la carta en cuestión. También cada NPC cuenta con un pequeño árbol de habilidades que da acceso a beneficios adicionales y abre las puertas a nuevas funciones, y es una buena idea obtener los recursos necesarios para financiar estas ventajas tan pronto como podamos.

Más allá del modo Campaña, Deck of Ashes incluye el modo Badlands y aquí la comparación con Slay the Spire se hace casi directa, porque en este modo el juego cambia radicalmente muchas de sus reglas: ahora no tenemos un mapa para explorar a gusto, sino tres recorridos lineales, cada uno colmado de batalles y eventos bien marcados. En este modo ya no hace falta fabricar las cartas ya que se obtienen de manera directa, y en general es una experiencia de juego que se siente más fluida y, si se quiere, más estándar. Es una linda alternativa para intercalar con las campañas principales.

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Cada personaje tiene su estilo de juego. Magnus usa engaños y un fantasma

Cada personaje tiene su estilo de juego. Magnus usa engaños y un fantasma

Lo que parecía algo quizá demasiado similar a otro reconocido juego de cartas coleccionables consigue expandir sus reglas y contenido lo suficiente para ser un producto propio, original y mucho más satisfactorio de lo que uno supondría en un principio. El periplo de los Marginados en este mundo ruin y oscuro será difícil; muy difícil; pero el juego ofrece suficientes opciones para adaptarnos a su nivel de dificultad, empezar un escalón más abajo y luego decidirnos a encarar los verdaderos desafíos. Deck of Ashes resulta ser una interesante opción Roguelike de cartas coleccionables, y más allá de algunos pequeños defectos menores, el total de la experiencia se impone para sacar el juego adelante. Este bien podría ser su propia historia de redención.

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DECK OF ASHES

09/06/2020 (PC)
8.0

Jugué Deck of Ashes por aproximadamente 12 horas, habiendo probado el tutorial y las cuatro campañas principales en sus diversos niveles de dificultad. También probé bastante el modo Badlands, comprobando sus diferencias en mecánicas con el modo principal. Puedo decir que el juego terminó sorprendiéndome para bien, pues a pesar de un tosco inicio (y sí, las primeras partidas se sentirán un poco toscas), la experiencia de juego consiguió capturar mi atención e interés con notable facilidad.