¿Qué es el café? El combustible de muchos para llegar al final del día, el néctar mañanero para sacarse el mal humor o la compañía perfecta para estudiar. Los que tomamos café sabemos que es más que una bebida, es tradición, cultura, inspiración. Y podría sentarme a filosofar directamente, pero la idea de hoy es hablar de Coffee Talk, un juego estilo novela visual, made in Indonesia, en el que vamos a tomar el rol de un barista que sirve bebidas que cambian más de una vida.
Coffee Talk llega de la mano de Toge Productions, un estudio con sede Indonesia que recién con este título generó revuelo en occidente. Pero si chusmeamos los demás juegos que tienen publicados en Steam, veremos que prefieren publicar juegos narrativos, estilo slice of life, ese género muy popular en el anime que cuenta una historia cotidiana y que busca que empaticemos con los personajes. Y Coffee Talk tiene mucho de esto porque además de ponernos a preparar café, té y otros brebajes calientes, también seremos el psicólogo de nuestros clientes.
El juego se presenta como una novela visual, aunque en este caso las decisiones que tomemos en la historia no vienen determinadas por opciones de diálogo, sino por cómo servimos el café. La historia, que llega dividida en noches, tiene lugar en una cafetería muy particular llamada CoffeeTalk, que solo abre de noche, como si fuese un bar, y atrae almas perdidas que buscan un oído predispuesto y un lugar donde compartir una taza calentita, al resguardo de la lluvia.
La ciudad donde se ambienta es Seattle, Estados Unidos, pero no tal como la conocemos. Toge Productions apunta por un realismo mágico al presentarnos personajes como elfos, vampiros o sirenas que viven el día a día junto a los humanos. La historia nos engancha con elementos sobrenaturales y con el choque entre “especies”, dando lugar a un elenco que se siente único por lo dispar y excéntrico que puede llegar a ser. La historia personal de cada uno es el motor de la narrativa. Vamos a escuchar historias que nos sacan sonrisas porque se sienten como reversiones de historias clásicas de fantasía, como un elfo que no quiere ser inmortal o un vampiro que tiene a un hombre lobo como mejor amigo.
Coffee Talk es una ventana a un universo muy especial en el que llegamos a empatizar con los problemas diarios de un hombre lobo como si se tratase de una amiga que nos invita a tomar algo para contarnos de su vida. Esto es gracias al guion, con diálogos que nos transportan a la atmósfera casual y acogedora de una charla de café. Es un juego que nos absorbe, busca que nos relajemos y lo consigue.
Y a todo esto, ¿cómo se juega Coffee Talk? Cuando hablamos de novelas visuales, hablamos de leer. Y sí, lo que más vamos a hacer en el juego de Toge Productions es leer. Pero la mecánica central es el arte del barista, la preparación de café y derivados. Como muchos se habrán dado cuenta, el juego nos remite, y está inspirado, en Va-11 Hall-A, un simulador de bartender del estudio venezolano Sukeban con un formato muy similar. También nos recuerda a la serie japonesa de Netflix, Midnight Diner.
Lo cierto es que la premisa es un calco de sus inspiraciones, pero conforme vamos jugando nos damos cuenta de que Coffee Talk tiene lo suyo y nos convence por completo. Tiene todos los elementos de Va-11 Hall-A, pero a su vez es algo muy propio y la diferencia más clara está en el tono. Coffee Talk es un juego de relajación, de ambiente, con una historia muy cálida y divertida; el juego de Sukeban es una novela visual cyberpunk y como tal es pesimista, política y crítica, incluso cuando sus personajes son carismáticos.
Ahondando más en la mecánica de preparar bebidas, la cuestión es fácil de entender, pero difícil de masterear. Cada noche llegarán clientes a Coffee Talk y vamos a tener que atender sus pedidos. Tenemos a disposición distintos ingredientes y con ellos tenemos que lograr la bebida perfecta para cada cliente. Preparar bebidas implica seleccionarlos y ubicarlos en los slots de la máquina de café. Es intuitivo, pero más complejo de lo que parece porque no es lo mismo preparar Té negro > leche > jengibre, que alterar el orden y poner Té negro > jengibre > leche. Si entregamos lo segundo a un cliente que pidió lo primero, vamos a ponerlo de mal humor.
Lo más llamativo de la mecánica de barista es que a la mitad de la historia vamos a empezar a recibir pedidos desconocidos en nuestro lado del mundo. Nos van a pedir bebidas como Teh Tarik, de origen indonesio, sin darnos muchas instrucciones y nos tocará culturizarnos con artículos de Wikipedia en la vida real, porque adivinar los ingredientes es imposible. Es un juego que en primera instancia pareciera que asume que conocemos los brebajes asiáticos, pero al final no es tan así porque nos termina enseñando, sin ser frustrante.
Una vez que descubrimos una receta, esta queda anotada en el smartphone del protagonista, así que para las segundas veces, solo tendremos que ver el anotador si la memoria nos falla. El verdadero desafío está en servirle de forma perfecta todas las bebidas a cada cliente. Es casi imposible lograrlo a la primera pasada, de modo que vamos a experimentar la historia de Coffee Talk más de una vez.
Lo malo de la rejugabilidad es que no convencen del todo las pocas variaciones que hay entre cada posible final o ruta. Si servimos las bebidas correctas, los personajes se abren con nosotros, nos cuentan más cosas y al final terminamos resolviendo sus problemas. Si fallamos ocurre lo contrario.
Terminé la historia tres veces para este análisis y cada pequeño relato me llegó a su manera, pero eché de menos algo más de bifurcación en la historia. Las elecciones son muy binarias, lo que hace que ninguna partida posterior a la primera sea tan memorable.
Además, Coffee Talk suma un modo Endless muy divertido en su versión contrarreloj ya que nos hace sacarle jugo a la preparación de bebidas. Jugando este modo nos queda claro que ser barista no es fácil y que el aparado de simulación de café es más que una excusa. Hay un desafío en tono con la narrativa, una magia sin igual que hace que cada taza que servimos tenga sentido.
Y no podemos dejar de destacar el apartado audiovisual. Hablamos de que Coffee Talk es un juego de relajación porque su banda sonora lo-fi y sus visuales de estilo anime pixelado generan una atmósfera de nostalgia y comodidad. Responde a la cultura de escuchar música ambient, del amor por la lluvia y los pasatiempos introvertidos. Es difícil explicar cómo lo hace, pero sin dudas, Coffee Talk sabe cómo engancharnos.
El culto por lo retro, una banda sonora agradable y un retrato sorprendentemente humano y fantasioso de Seattle son los condimentos que realzan el sabor de Coffee Talk. Toge Productions sabe a qué público apunta y si el juego resulta ser de tu tipo, la vas a pasar más que bien, enamorándote de cada personaje y dejándote llevar por su atmósfera mágica. Es cierto que se apega mucho a sus fuentes de inspiración, pero incluso así, hay muy pocas novelas visuales tan relajantes y atrapantes.
COFFEE TALK
Jugué Coffee Talk en PC por 12 horas, terminando la historia tres veces. La primera pasada me llevó 6 horas y me cautivó por completo. Después miré el resto de las posibilidades rejugando la historia, usando la opción de adelantar diálogo. Jugando como barista llegué a experimentar un par de horas en el modo endless, desbloqueando casi todos los achievements. El código fue faciitado por la distribuidora.