ANÁLISIS | Black Mirror S05E03: Rachel, Jack and Ashley Too

La quinta temporada de “Black Mirror” cierra con “Rachel, Jack and Ashley Too”, una fantasía pop que abarca más temas de los que puede “apretar” en apenas una hora de duración. Así y todo, la directora Anne Sewitsky no logra mantener el ritmo de una historia un tanto desordenada y tediosa, que recién toma algo de impulso hacia el final. Por un lado, tenemos a Rachel Goggins (Angourie Rice), una quinceañera retraída que vive con su papá y su hermana mayor Jack (Madison Davenport). Como la nueva de la escuela, Rachel intenta hacer nuevos amigos, pero sólo encuentra compañía en las canciones de su ídolo Ashley O (Miley Cyrus), estrella de la música que exuda una actitud súper positiva ante sus fans.

Claro que puertas adentro, la cosa es muy diferente. Ashley fue criada por su tía Catherine (Susan Pourfar), ahora convertida en su manager, quien no para de explotar una imagen contraria a la de su sobrina. Entre las paredes de su mansión de Malibú, la cantante sueña (literalmente) con otro tipo de canciones más personales y menos artificiales, que obviamente no encajan dentro del público adolescente que consume sus productos por millones.

La última novedad que tiene para ofrecer es la Ashley Too, una muñequita con inteligencia artificial, diseñada para interactuar con sus dueñas. Este se convierte en el nuevo regalo de cumpleaños de Rachel, y también en su mejor amiga. Una actitud que molesta a Jack, no sabemos bien por qué, ya que trata bastante mal a su hermana.

Para retorcer un poco más las cosas, tenemos a papá Kevin, dedicado a confeccionar un sistema de control de plagas (ratoncitos) que no sea dañino para los animales. No entendemos muy bien como esto se relaciona con la trama, pero en algún punto, las locas ideas de papá ayuda a las hermanas a resolver el misterio. ¿Qué misterio? Las malas influencias y el control de Catherine no están haciendo efecto sobre su sobrina que anda con ganas de rebelarse y enmasiparse antes de la salida de un nuevo álbum. Esto complica los planes económicos de la señora que busca la manera de sacarla de en medio.

Como verán, Charlie Brooker tiene mil ideas para plantear a lo largo de este capítulo que, entre otras cosas, atraviesa el despiadado mundo musical para las jóvenes estrellas, el abuso de su imagen y algunos métodos non santos para obtener esas canciones directamente de la cabecita de su creadora. Estas cuestiones éticas y morales, chocan con los dilemas familiares de los Goggins, un tanto desencajados en esta dramedia de ciencia ficción con toques criminales. Un puchero de situaciones que se van entrelazando y no siempre encuentran el mejor desenlace.     

“Rachel, Jack and Ashley Too” coquetea con la parodia, pero nunca termina de funcionar, justamente, por la desprolijidad de su narración y la sobrecarga de temas. Lo más simpático termina siendo Ashley Too, que sale ganando con la menos que tierna voz de Miley Cyrus, sobre todo cuando se desprende de su programa original y puede dar rienda suelta a la verdadera actitud de la estrella pop.

Estrella pop para armar

No podemos sumergirnos mucho más en los detalles de la trama sin entrar en terreno de spoilers, aunque tampoco hay mucho más para destacar de un episodio (y una temporada) que desaprovecha el entorno fantástico y la posibilidad para lucirse con su puesta en escena… o su humor negro. Tampoco se la juega con la profundidad de su análisis, y se queda con una “crítica” un tanto superficial y hueca. Una lástima, ya que sus tópicos son interesantes, y si hubieran hecho foco en uno sólo, tendríamos una historia más coherente y redonda para disfrutar, tal vez, sin tanto drama familiar que estorbe.