ANÁLISIS | Big Little Lies S02E01: What Have They Done?

El éxito y la acumulación de premios que tuvo “Big Little Lies”, ‘obligó’, de alguna manera, a la cadena y a los productores a replantear su naturaleza de miniserie y/o evento televisivo, y sumar una nueva temporada que excede el relato de la novela homónima de Liane Moriarty en la que se basa el drama creado por David E. Kelley. Una práctica bastante común por estos días, si miramos la mayoría de los productos de calidad que se cruzan por la TV. La experiencia nos dice que esto puede ser tan bueno como malo, y el transcurso de estos siete episodios nos dirán que tan acertada fue la idea de continuar una historia que tenía un final redondo.

Jean-Marc Vallée, director de la primera entrega, como también de “Sharp Objects” (2018), da un paso al costado para que Andrea Arnold (“American Honey”) se pare detrás de las cámaras para mostrarnos la vida no tan perfecta de Monterrey, una comunidad al Norte de California, donde la clase media alta (y no tanto) esconde con maestría muchas de sus miserias. Esta segunda temporada arranca tiempo después de la muerte de Perry Wright (Alexander Skarsgård), abusivo esposo de Celeste (Nicole Kidman) y violador de Jane Chapman (Shailene Woodley), y con ‘las cinco de Monterrey’ lidiando con las secuelas de este suceso, cada una a su manera.

Si la primera instancia de “Big Little Lies” nos mostró las intrincadas relaciones (y conexiones) entre estas cinco mujeres, a través de sus pequeños hijos que compartían salita de preescolar, esta nueva entrega se va a centrar en el fortalecimiento de esas ‘amistades’, ahora ligadas para siempre en la complicidad de un asesinato que, ante los ojos del mundo y la policía, no es más que un desafortunado accidente. La culpa de Bonnie Carlson (Zoë Kravitz), el trauma de Jane al reencontrarse con su agresor sexual, los sentimientos encontrados de Celeste al no poder colocarse en el lugar de la víctima, la indiferencia de Madeline Mackenzie (Reese Witherspoon) y Renata Klein (Laura Dern)…, emociones que pueden estallar en cualquier momento, más cuando hay tanta pólvora dando vueltas.

Por un lado, los rumores que empiezan a esparcirse por las callecitas de Monterrey, chismes que colocan a las cinco mujeres en boca de todos y les otorgan un tipo de fama no deseada, sobre todo cuando la policía no terminó de cerrar el caso. Por el otro, la presencia de Mary Louise Wright (Meryl Streep), madre de Perry, dispuesta a darle una mano a su nuera y sus nietos en este triste momento, dejándonos bien en claro el dolor que arrastra por la pérdida de su hijo. Y no, no podemos culparla, al menos por ahora, ya que el sufrimiento la traspasa con una mezcla de impotencia y furia que puede salpicarlo todo.

Lo de Mary/Meryl es avasallante y lo mejor de “What Have They Done?”, este primer episodio, que deja bien en claro que su estadía en la ciudad es sinónimo de futuros problemas. Más que nada, porque su carácter es muchísimo más fuerte que el de Celeste y logra imponerse por sobre su autoridad cada vez que le da un poquito de espacio. Lo interesante de esta incorporación será el momento de la revelación (suponiendo que lo haya) para esta madre, al descubrir que su hijo perfecto no lo era tal. Claro que nos estamos adelantando a los hechos, ya que antes tenemos a este grupo de mujeres que deben lidiar con sus propios problemas personales, puertas adentro.

Lo más interesante de la primera temporada de “Big Little Lies” fue la exploración de los temas femeninos: las consecuencias del abuso constante, el estrés post-traumático de la violación, la presión social de estas mujeres que luchan constantemente para destacarse en un mundo masculino, entre tantas cosas, llevados a buen puerto por un elenco insuperable y esa calidad técnica y visual tan propia de HBO. Esta nueva entrega sigue cada uno de estos lineamientos, profundizando en las heridas abiertas y las disyuntivas morales, pero no dejemos de lado que estamos ante la visión de conjunto de los “White People Problems”, y una historia que surfea en la superficialidad y los caprichos de esta clase acomodada. Desde la crítica, sí, pero no siempre nos muestra las sutiles diferencias.

Suegra hay una sola, por suerte

Ahí es donde la empatía no siempre encuentra respuesta y nos distancia de las experiencias de estas protagonistas. Lo mismo ocurre con su intrincada narrativa (bah, no tan intrincada), que muchas veces prefiere la forma por sobre el contenido. Arnold hereda este estilo visual de Vallée (también explotado en “Sharp Objects”) donde las imágenes presentes, pasadas, reales y pesadillescas se entrecruzan en pantalla como en la mente de los persoanjes. Funciona, claro, pero también termina aburriendo como todo lo repetitivo.    

Veremos si la segunda temporada de “Big Little Lies” vuelve a estar a la altura de su predecesora. Por lo pronto, las madres de Monterrey arrancan una nueva etapa, la escuela primaria junto a sus pequeñitos, pero también deben afrontar las consecuencias de los secretos y las mentiras que ahora comparten. Desde ya, que alguien le avise a Meryl Streep que haga lugar para los premios.