Siempre ha existido una gran fascinación por los secretos que se ocultan en las profundidades del océano. Como soñadores solemos levantar la vista hacia las estrellas, imaginando mundos alienígenas de increíble belleza y criaturas magníficas. Cómo nos cuesta darnos cuenta que esos mundos ya existen, que están en nuestro propio planeta, y que se esconden bajo el nivel del mar. Beyond Blue viene a despertar nuestra fantasía por descubrir y explorar con una premisa sencilla y una historia breve pero satisfactoria, y bien vale la pena descender a sus profundidades.
En un futuro cercano un nuevo equipo de investigación submarina se dispone a sumergirse en los reinos subacuáticos para estudiar a sus habitantes y transmitir sus descubrimientos en vivo durante sesiones de streaming. La persona destinada a ponerse el futurista traje submarino con tecnología de autorespirador, y por ende nuestra protagonista, es la doctora Mirai, aficionada exploradora submarina que está más que entusiasmada de ser parte del proyecto.
No es la primera vez que un videojuego nos invita a sorprendernos con las maravillas del fondo oceánico; ya habíamos tenido experiencias muy amenas con las aguas alienígenas de Subnautica, aunque este producto de E-Line Media (responsables de Nevel Alone) apunta más a un estilo narrativo en primera persona digno de ABZÛ y de duración similar. En Beyond Blue no encontraremos peligros (es imposible siquiera salir lastimados), sino que su atractivo se enfoca en la representación de la fauna marina dentro del juego, dejando al jugador escanear peces y otros seres submarinos para obtener datos reales de los mismos.
El juego está basado fuertemente en la serie de documentales británica Blue Planet II, y de hecho todo el juego tiene ese sabor a especial de Discovery interactivo. Hay un par de hilos narrativos que atraviesan el juego; uno de ellos enfocado en el seguimiento de una familia de ballenas—en especial a Andrea, la nueva integrante de la misma, y los altibajos emocionales de la doctora Mirai con su propia familia. Esta última trama no se siente tan explorada como la primera y su desenlace es más bien abrupto, aunque la historia de las ballenas, aunque mucho más interesante, también se siente como que podría haber ido un poquito más allá; aunque tiene un desenlace mucho más efectivo.
Parte de esta leve falta de efectividad se debe a las actuaciones de voz. Todos los personajes están vocalizados, pero las interpretaciones no siempre dan en el tono preciso. Hacia el final del juego, cuando el ambiente se va poniendo más serio, el tono de los personajes es mucho mejor ejecutado, pero durante los diálogos iniciales hay una sensación de que algo no está encajando del todo. Otra cosa que no termina de encajar es la perpetua expresión de seriedad que Mirai tiene durante las pausas entre capítulos a bordo del mini-submarino, sin importar el tono que hayan tenido las conversaciones por radio con el resto del grupo humano. Es particularmente chocante al comparar el gran nivel de esfuerzo y detalle puesto en la verdadera estrella del juego: la gloriosa fauna marina.
Aquí es donde Beyond Blue brilla de verdad: explorar las regiones submarinas es una experiencia sumamente gratificante; muy a pesar de la extrema repetición de actividades: que se reducen a nadar al próximo punto de interés y realizar escaneos a todo bicho que se nos cruce. A veces el juego nos endulza un poquito la jugabilidad añadiendo boyas con sonares que detectan puntos de interés en las cercanías, y también la posibilidad de utilizar un pequeño drone submarino para examinar algunas criaturas desde mucho más cerca. Cuantas más criaturas marinas escaneemos, más datos obtendremos de las mismas; pero no se preocupen si no las encuentran a todas en cada capítulo, porque al terminar la historia principal desbloqueamos el “Modo Libre” para regresar a capítulos previos y explorar a gusto, sin que nos limite la línea narrativa.
Beyond Blue es, ante todo, una experiencia que intenta deslumbrarnos con la magia subacuática… y lo logra. Es muy difícil no desviarse del camino para ir a explorar por nuestra cuenta y escanear más fauna. Se ha puesto especial énfasis en darle a estas criaturas cuidados modelos 3D y movimientos realistas. Como detalle adicional, el juego va habilitando pequeños documentales en video que podemos ver a gusto, y son todos muy interesantes, aunque quizá no caigan tan bien a ciertos jugadores que hubieran preferido ver más juego en lugar de ese contenido adicional.
Sí: Beyond Blue es un juego corto. Muy corto, en realidad. Su narrativa central puede superarse en poco más de tres horas, y el contenido adicional (exploración libre, los documentales) no añade mucho más; pero es una experiencia que sí vale la pena tener; que cumple su cometido de deleitar y asombrar al jugador poniendo al mundo marina bien en el centro del escenario. Es una llamada a la revisión de nuestras acciones y consecuentes responsabilidades como humanos en relación a este reino desconocido, hundido en las profundidades. En la mente correcta, una experiencia así puede abrir los ojos. Pero, aunque eso no ocurra, no deja de ser un viaje de fantasía por el más real y cercano de nuestros mundos alienígenas.
Me sumergí en las aguas de Beyond Blue y emergí poco más de tres horas más tarde, habiendo superado su breve historia y habiendo disfrutado de algunos de los mini-documentales que se habilitaron durante la aventura. Personalmente disfruté mucho de la experiencia que, más allá de algunos altibajos de calidad en los elementos humanos, mantuvo mi profundo interés de principio a fin.