Después de mil idas y vueltas, rumores y tanto más, por fin llega a nosotros Battletoads: el regreso de la famosísima serie de Rare, caracterizada por el estilo, el humor y la endiablada dificultad en todas sus presentaciones. Lejos de querer repetir una fórmula ya vista, el tándem Dlala y Rare unen fuerzas para traernos una obra que dota a los clásicos personajes -y al universo todo de Battletoads– de una nueva profundidad, resignificando a su vez tanto la personalidad como los roles de los protagonistas. Esto deriva en una aventura ecléctica y con humor que va desde lo irreverente hasta lo absurdo, escrito con una mano digna de las mejores series animadas.
Y este es sin ningún tipo de dudas el gran fuerte de este nuevo Battletoads: la manera en la que se nos presentan estos antihéroes – Rash, Pimp y Zitz-, cada cual con una personalidad que los caracteriza y que los lleva a interactuar de diversas formas entre sí. La historia, a grandes rasgos, empieza con nuestros héroes viviendo una aventura que los tiene en la cúspide del éxito pero que en verdad es una enorme fantasía: resulta que el prólogo no es más que una simulación que sucede dentro de un búnker, donde Rash, Pimp y Zitz pasaron encerrados los últimos veintiséis años.
Qué pasó con el mundo y cómo es que llegaron a esos términos es parte de lo que tenemos que deshilvanar en una aventura que nos tiene formando equipo ni más ni menos que con la archienemiga de los sapos de toda la vida: La Reina Oscura. Ella conoce parte del misterio y se propone a ofrecernos la ayuda en un viaje que nos enfrentará a nuevas amenazas, como también soltar más de una carcajada en muchos de sus pasajes, conformando una propuesta narrativa signada por un tono cómico que funciona perfecto: algo extraño de atribuirle a un juego que celebro cada vez que sucede.
Pero en Battletoads no todo son risas: la serie históricamente abordó el género del beat em up, es decir, aquellos en los que no hacemos más que repartir mamporros a diestra y siniestra hasta derrotar al gran jefe final de la aventura y en esto, el nuevo Battletoads también tiene mucho que ofrecer. Los míticos ataques de transformación están de regreso y mejor que nunca: cada uno de los tres sapos tiene su estilo propio de pelea -varían en fuerza y velocidad- y un set de movimientos que los distingue. Ataques ligeros, aéreos, especiales y de carga se combinan con la utilización de la extensa lengua batracios ya no sólo para recuperar salud, sino también para alejar o atraer enemigos, o incluso alcanzar lugares alejados del escenario.
Lo ideal es jugar Battletoads de a tres jugadores en el sofá -no soporta modos online- pero si jugamos solos, tampoco está nada mal: de este modo, nos encontramos con un sistema de combate que nos invita a combinar las habilidades de cada uno de los sapos enlazando combinaciones que, una vez que dominamos, son tan espectaculares como interminables. “Combear” es el eje central del combate, obteniendo distintos rangos de performance según nuestra habilidad. De alguna manera, la cadencia de la acción recuerda mucho a Ultimate Marvel vs Capcom 3, incluso en la idea del “tag team” y la recuperación de energía cuando uno de nuestros personajes no está en pantalla. Así, en lugar de tener vidas, lo que tenemos es la posibilidad de ir alternando entre batracios según su energía vital, con el objeto de mantenernos con vida hasta llegar al próximo checkpoint. No será del todo sencillo.
Este nuevo Battletoads nos presenta un enorme repertorio de enemigos que irán variando según el capítulo que estemos jugando -un total de cuatro, dividido en hasta siete episodios cada uno- cuyos ataques nos llevarán a emplear cada una de nuestras habilidades. Ya al principio y en dificultad normal, la CPU se muestra insolente mientras propina zurras de película; y es que tomarle la mano y leer entre el caos que se desata en pantalla puede llevar su tiempo. Las coreografías resultantes de la prueba y el error resultan tremendamente satisfactorias, sensación acentuada por lo bien que responden los controles y el “punch” que carga cada ataque especial cuando impacta en el rival.
Así y todo, pese a que tenemos una enorme cantidad de herramientas para plantar cara a los enemigos, Battletoads puede tornarse un tanto frustrante por momentos, y esto es principalmente por algunos picos de dificultad bastante molestos. Hay que decir que el diseño de los enfrentamientos está muy bien resuelto generalmente, pero en ciertos momentos parece que faltó pulir o balancear oleadas de enemigos que simplemente no nos darán respiro. En ocasiones, me vi superado por enemigos con hasta cuatro o cinco habilidades de combates distintas que van desde proyectiles a distancia hasta ataques que cubren zonas específicas y que lo dificultan todo.
Incluso ciertos ataques producen daño a través del entorno, por ejemplo, cuando uno de nuestros enemigos lanza un ataque eléctrico, cargando de alta tensión zonas anegadas del nivel. Esto nos lleva a aguzar nuestros sentidos para que la respuesta sea milimétrica, pero hay situaciones en las que simplemente no se puede, especialmente considerando que a veces la detección de las colisiones se vuelve demasiado caprichosa y nos dejará pagando en más ocasiones que las que uno quisiera. Pese a esto, la propuesta jugable de Battletoads es sólida y se condice bien con todo lo que nos ofrece durante la aventura.
Visualmente es un juego hermoso: se siente como si fuese parte de Adult Swim o Nickelodeon, puesto que todo parece dibujado y animado a mano. Desde la paleta de colores hasta la forma en la que están resueltos los jefes de cada nivel; las actuaciones de voz acertadísimas y la música que acompaña cada segmento, artísticamente estamos ante un título que resuelve con mucha confianza y solidez todo lo que se plantea. Para los fanáticos de completarlo todo hay una buena cantidad de secretos para desbloquear y varios niveles de dificultad si además de completarlo todo, les gusta sufrir.
El mayor acierto de Battletoads es haber hecho una estupenda lectura de lo que significa revivir una franquicia como esta, que data desde hace tanto tiempo: cada uno de los elementos fue revisado, pulido y creado con mucha cabeza, pensando en un título que, respetando el material original, se anima a lo nuevo y desconocido. En esto hay un riesgo enorme que reporta beneficios inmediatos: está claro que no faltarán los que digan que “les han robado la infancia” o “estos no son mis Battletoads”, pero lo cierto es que esta nueva aventura de los sapos hay mucho de lo que disfrutar en más de un aspecto. Y eso supera incluso algunas de sus partes menos funcionales o pequeñas molestias en el balance de la dificultad. Battletoads se ve como una serie animada: una que jugué por más de 8 horas y que, con los créditos corriendo, me deja esperando ansioso por una segunda temporada. Ojalá no tarde en llegar.
Jugué Battletoads por 10 horas en PC, lo cual me alcanzó para terminar los cuatro episodios sin llegar al 100% de los objetos coleccionables y probar varios modos extra de dificultad. Aunque se puede jugar con teclado y mouse, el mismo juego recomienda (y recomiendo) utilizar un pad. Ningún sapo fue lastimado durante este análisis.