ANÁLISIS | American Horror Story Apocalypse: E01 “The End”

El fin del mundo es la excusa perfecta para comenzar de cero. Los primeros minutos de Apocalypse arrancan con el clásico humor campy: mientras llueven bombas nucleares y el mundo se destruye, Coco (Leslie Grossman) está en la peluquería mientras Gallant (Evan Peters) le hace arreglos en el pelo. Ambos actores ya son caras conocidas, especialmente Peters, quien viene apareciendo en la serie desde la primera temporada.

Coco y el joven terminan siendo parte del grupo selecto que vivirá en el oscuro bunker de la Señorita Venable (Sarah Paulson). El lugar es donde pasarán el resto de sus vidas porque la superficie ya no es habitable. Timothy Campbell (Kyle Allen) y Emily (Ashley Santos) son los únicos dos jóvenes del lugar, ambos elegidos, supuestamente, por tener un ADN prodigioso. Lo cierto es que el criterio de selección para estar allí es un misterio, parte de la mística de la serie.

Venable es presentada como la villana de turno, encarnada por la infalible Sarah Paulson, actriz que apareció en todas las temporadas y no nos decepcionó hasta ahora. El papel de sádica le queda bien. Junto a su compinche, la señora Mead (encarnada por Kathy Bates), toman las riendas del bunker y se divierten torturando al resto de los internos. Ellas dicen pertenecer a La Cooperativa, la organización detrás de todo este asunto de los búnkeres como último bastión de la humanidad.

El terror en Apocalypse funciona desde el lado de la sátira. Lo que pasa dentro del bunker es una pequeña distopía de lo más aterradora. Una sátira social de que, incluso cuando todo se está por acabar, el clasismo y los privilegios injustos siguen rigiendo. El creador Ryan Murphy no pierde oportunidad de ensalzar sus historias con crítica social y acá le sale bien, y de forma original.

El primer capítulo no es escabroso desde lo visual, sino que gana con lo que sugiere. La atmósfera la logra muy bien y resulta fresca dentro de la serie, por ser de corte victoriano, como si estuviésemos viendo una adaptación de Edgar Allan Poe con algo de humor negro. La mezcla de géneros resulta bien.

El primer episodio no tiene muchos guiños a Murder House ni a Coven, al menos no hasta el final. El niño malditos de la primera temporada, Michael Langdon, regresa, ahora crecido, interpretado por Cody Fern. Los fanáticos sabrán interpretar la conexión entre Michael y el fin del mundo, y les gustará mucho la introducción de este personaje.

‘The End’ es un episodio interesante. Flaquea en plantear algunas situaciones clichés del género –la escena de la mesa que insinúa canibalismo la vimos TANTAS veces en TANTOS lados que ya cansa. Pero aun con eso, logra sembrar intriga y misterio. El humor ácido le calza a la perfección, sobre todo porque viene atado a lo distópico y a la crítica social. Ya estamos ansiando poder ver el capítulo que sigue.

 src=