Análisis | Age of Empires 2 Definitive Edition es un remaster esencial

No cabe duda de que Age of Empires es un clásico, como un Mustang del ’69 o el disco “Paranoid” de Black Sabbath, pero ¿qué es lo que lo que lo mantiene vigente durante dos décadas? ¿Cuál es el motivo por el que los desarrolladores – o el público -no lo dejan “morir”?

Si bien hace ya 20 años que fue lanzado al mercado, por algún motivo especial Age of Empires 2 sigue siendo motivo de desvelo para muchos jugadores, entre los que, claramente, me incluyo. Y tal vez ese sea el motivo por el cual me surgen estas dudas.

¿Será que nos hace recordar a las partidas con nuestros amigos en los ciber o, después, ya siendo más grandes, las fiestas LAN en la casa de alguno? Puede ser que sea simplemente esa nostalgia, o siendo un poco polémico y rozando el amarillismo, podría sugerir que no se creó nada nuevo que genere en la gente un hype similar a esta ‘Edición Definitiva’ de un juego que conocemos casi de memoria.

Las novedades son bastantes. Nuevas campañas sumadas a las existentes, 4 nuevas civilizaciones con las que se llega a un total de 35, y mejoras gráficas que lo llevan del HD de la versión de 2013 a un detallado 4K.

El estudio World’s Edge, que implementó esta remasterización en conjunto con Wicked Witch Software y Tantalus Media, nos asegura más de 200 hs. de juego, con mecánicas e historias ya conocidas y una jugabilidad en cierto aspecto mejorada por disponer de dos sistemas de inteligencia artificial: la clásica y la mejorada. Podemos jugar la campaña y las partidas rápidas offline eligiendo la IA que más se amolde a nosotros.

La pantalla inicial mantiene el espíritu del original con una elegancia un poco más moderna

Además, este conjunto de estudios agregó crossplay entre Steam y Microsoft Store y la posibilidad de conectarnos directamente a Mixer, para transmitir o ver partidas online. La versión “definitiva” es mucho más que un lavado de cara.

La remasterización no sólo se extiende a lo puramente estético como los gráficos o la animación de las unidades, sino también al menú de campaña, que fue reordenado geográficamente sin importar a qué expansión corresponda cada una de las diferentes campañas. El oficio de los estudios responsables se percibe también en el audio, como el soundtrack que arranca con el tema correspondiente a la civilización que elegimos para jugar.

Entre las mejoras a sistemas y mecánicas, se agregó a cada uno de los edificios una barra de progreso ubicada debajo de la barra de vida, en conjunto con destellos amarillos (¡como si del ki de un saiyan se tratase!), para indicarnos cuánto le falta a la actualización que estamos llevando a cabo o cuándo termina de crear las unidades.

Los nuevos modos son más que interesantes

Con la última expansión The Last Khans, se agregaron las campañas de Tamerlán (Tártaros), Ivaylo (Búlgaros), Kotyan Khan (Cúmanos) y Pachacuti (Incas), además de arquitectura y unidades únicas para estas cuatro nuevas civilizaciones.

En el menú de selección vamos a encontrar cada una de las campañas de diferentes personajes históricos relevantes, indicándonos la dificultad de cada una de ellas con íconos que representan espadas al lado del nombre. La primera, que es la de aprendizaje o tutorial del juego, es la de William Wallace (sí, el de “Corazón Valiente”) y al igual que con este referente del medioevo, íremos completando los objetivos con cada líder dentro del continente en diferentes sucesos históricos, desde Juana de Arco hasta Moctezuma.

Hacé zoom para ver lo lindo que se ve el caos en esta nueva versión

A los modos de juego clásicos -campañas, partida rápida y partida multijugador- se le suman dos modos nuevos: Batallas Históricas y El Arte de la Guerra. El primero de ellos nos permite jugar las batallas más relevantes del período histórico que abarca el juego, desde la batalla de Bujará en el año 557 hasta la batalla del Estrecho de Noryang en el año 1598.

“El Arte de la Guerra” es algo todavía más original – un modo desafío contrarreloj, basado en conceptos del más que recomendable libro de Sun Tzu, para mejorar y perfeccionar nuestras habilidades y lograr, por ejemplo, llegar a la Edad Feudal en menos de 7 minutos (con una economía muy arraigada en la recolección de alimento) o alcanzar la temprana Edad de los Castillos para poder atacar cuanto antes con máquinas de asedio a nuestros enemigos.

Los edificios son espectaculares – en especial cuando se derrumban

Nunca se sintió tan bien jugar Age of Empires. El cambio en la Inteligencia Artificial hace más interesantes y complicadas las partidas offline para que podamos mejorar en el armado de tácticas de ataque, sin dejar de lado la economía de nuestra civilización (ambos puntos de suma importancia cuando juguemos partidas online).

Ahora, si bien todos estos cambios estéticos, mecánicos, y de contenido son interesantes, tengo que admitir que no difiere mucho de la edición HD del año 2013 por lo que si ya tenes ésta edición en tu biblioteca no vale la pena comprar la Definitive Edition, a menos que tengas un monitor 4K y quieras todos los DLC incluidos.

Pero si sos como yo, ni ese consejo te va a hacer desistir de comprarlo. Por todos esos gratos momentos que pasamos jugándolo, por ponernos en alerta cada vez que sonaban las trompetas cuando nos atacaba un enemigo o un animal salvaje, por cada temible “wololo”, por el completísimo editor de mapas para que podamos crear el terreno que quisieramos, pero – por sobre todas las cosas – por la posibilidad de encarar a un castillo bizantino con un Shelby Cobra, es que vamos a jugar todas y cada una de las ediciones que salgan de este “procer” de los RTS.

AGE OF EMPIRES II: DEF. ED.

14/11/2019 (PC)
8.0

Jugué Age of Empires II: Definitive Edition a lo largo de 8 horas en las que probé todo el contenido nuevo, en una PC relativamente modesta: i5 4460, GTX 970, y 8GB de RAM. El juego fue provisto por el desarrollador.