ANÁLISIS | After Life: Más Allá de mi Mujer S01E01: Episodio 1

Tony está convencido de que no hay nada que pueda empeorar su situación, y decide seguir transitando su existencia sin importarle las repercusiones de sus actos. Así, como si se tratara del peor súper poder del mundo (así lo describe), el viudo hace y dice lo que se le da la gana sabiendo que no va a tener que confrontar ninguna consecuencia. Y un poco es verdad. Su jefe es Matt (Tom Basden), su cuñado y tipo más permisivo que se puedan imaginar. Un buenudo con todas las letras que trata de ayudarlo, rescatando lo mejor de su persona.

No importa cuanto lo intenten los demás -compañeros de trabajo, un padre (David Bradley) con Alzheimer que no ayuda mucho que digamos, el resto de su familia-, la felicidad no es una opción para Tony porque ello implica estar al lado de su esposa. Así, ‘After Life’ se convierte en un relato agridulce que, en vez de arrancarnos risas incómodas a causa de la mala onda de su protagonista, nos genera bastante empatía pensando en esa relación casi perfecta que compartían.

Tony (como muchos de los personajes de Gervais) es desagradable y mal educado, nunca mide sus palabras ni el daño que pueden causar; aunque acá tiene la mejor excusa del mundo para serlo. Claro, podría sobreponerse y seguir adelante con su vida como Lisa lo hubiera querido (y se lo remarca en cada video) o como esperan los demás, pero es su decisión no querer mejorar las cosas. Para él, ser bueno, amable, aplicado en la vida y en el trabajo, es una desventaja y prefiere sumergirse en esta nueva filosofía hasta que le llegue su fin.

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Si no fuera por la perrita…

El planteo de este primer episodio es más que interesante y, entre las escasas humoradas que genera, nos invita a reflexionar sobre la mortalidad y la depresión, aunque de forma un tanto banal. Habrá que ver si ‘After Life’ no se convierte en un círculo vicioso donde Tony ‘hace de las suyas’ mientras los demás lo quieren arrastras hacia el lado de la luz, un forcejeo que, de entrada, parece bastante inútil. ¿Se puede salvar a una persona que no quiere ser salvada? Bueh, tampoco es tan así porque nuestro protagonista nunca cumple sus fantasías de suicidio, y todavía se sigue levantando de la cama cada mañana para darse una ducha y darle de comer al perro.          

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