Las loot boxes han sido atacadas desde todos los frentes: si bien para una buena parte de los usuarios han resultado irresistibles y sostienen imperios completos (como en el caso de FIFA), el grueso de los jugadores las rechaza sistemáticamente y (más grave todavía) este sistema de ‘mecánicas sorpresa’ han llamado la atención de varios organismos gubernamentales alrededor del mundo, que continúan debatiéndose si deben clasificarse como apuestas y ser reguladas.
Mientras la batalla por la supervisión continúa, muchas compañías han decidido ahorrarse el dolor de cabeza y reemplazar estas horribles cajitas por mecánicas un tanto más ‘sanas’ inspiradas en los exitosos Pases de Batalla de Fortnite, que ofrecen transparencia y contenido a la vez. Así, Player Unknown’s Battlegrounds, Apex Legends, Rocket League, Smite, Destiny 2 y hasta Call of Duty: Mobile han incorporado este nuevo sistema de compras.
Y por supuesto, no serán los últimos. Activision anunció que, a diferencia de los rumores que habían circulado en un primer momento, Call of Duty: Modern Warfare sumará luego de su lanzamiento un pase de batalla de este estilo. Lo que significa que por primera vez en la historia de la franquicia no va a ser necesario pagar por los mapas extras, sino que se podrán desbloquear con el pase o a través de las recompensas del juego.
La empresa asegura que ‘todo el contenido funcional que tiene un impacto en el balance del juego, como las armas y modificadores, pueden ser desbloqueados jugando el juego.’
Lo mismo sucederá con Legends of Runeterra, el juego de cartas de League of Legends anunciado esta semana. Riot Games buscará diferenciarse de otros exponentes del género como Hearthstone eliminando el concepto de sobre de cartas virtual, e implementando un pseudo Pase de Batalla, en el que los jugadores podrán desbloquear cartas progresando en el juego, y adquirir Comodines (‘Wildcards‘) con dinero real que se pueden canjear por la carta deseada.
El dato clave es que sólo se podrán adquirir un número limitado de Comodines por semana, que si bien no podemos garantizar que no afectará el balance del juego, definitivamente impedirá que los jugadores gasten una cantidad infinita de dinero en cartas.
La industria empieza a moderarse sola porque sino, como dice el dicho popular, ‘se los devoran los de afuera.’
