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Activision Blizzard ahora es demandado por sus accionistas

Activision Blizzard por abuso y acoso sexual, intimidación y pago desigual, un grupo de accionistas olió sangre y fue al ataque.

Los accionistas alegan que fueron ‘dañados económicamente’ cuando la empresa se guardó información de la demanda por acoso sexual de forma intencional.

El texto cita específicamente a Bobby Kotick, el jefe financiero Dennis Durkin y el ex jefe financiero Spencer Neumann como parte de los ejecutivos que estaban al tanto de las falsas declaraciones al respecto de la compañía, y fueron diferentes a ellas.

La demanda dice que, de acuerdo a lo que se supo por la presentación del Estado de California, las presentaciones trimestrales que no fueron auditadas eran falsas y engañosas, y no le ofrecieron a los accionistas información apropiada de la investigación en curso.

‘Como resultado de los actos y omisiones ilícitos de los acusados, y la caída precipitada del valor de mercado de las acciones ordinarias de la empresa, el demandante y otros miembros de la demanda colectiva sufrieron pérdidas y daños significativos’, alega.

Por otro lado esta semana, aunque sin una despedida formal como fue el caso de J. Allen Brack, también dejó la compañía el jefe de recursos humanos de la empresa, Jesse Meschuk.

Meshuk era uno de los apuntados por la demanda, y según un reporte de Axios a cargo de Megan Farokhmanesh, su departamento le ‘falló’ a los empleados y empleadas de la empresa, poniendo en dudas sus denuncias y protegiendo a los abusadores.

El reporte describe un caso en el que uno de los supervisores se paró frente al escritorio de una de las víctimas para impedirle irse durante una discusión. Cuando recursos humanos recibió la denuncia, a la empleada le dijeron que no era un caso de acoso porque el supervisor no la había tocado.

Ese mismo supervisor era descripto como ‘intocable’, ascendió y continúan trabajando en la empresa.

Un testimonio al portal Polygon definió el departamento de recursos humanos de Blizzard como ‘una puerta giratoria’, apuntando al alto nivel de rechazos que recibían los empleados.